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martes, 12 de junio de 2012

La mirada: un arma de seducción


Todos hemos oído que el amor es como la guerra: “todo se vale”. Por eso hay que ir siempre preparado para la batalla. Hoy, os quiero hablar de: “la mirada como un arma de seducción.

A través de la mirada, se puede transmitir cualquier sentimiento, es más, por desgracia, en algunos casos es un arma de doble filo, ya que sin querer podemos mostrar algo que realmente queremos ocultar como el miedo, la sorpresa, la atracción...
La manera de abrir los ojos, ligeros movimientos de cejas y la dilatación de las pupilas son algunos causantes de estas derrotas.

Por lo que hace el primer contacto visual, diríamos que es determinante, y una de las cosas que más importa. Solo se puede dar una primera impresión, ¿Verdad? Por ese motivo, hay que cuidar la mirada y, con un maquillaje acorde con nuestra fisonomía podemos llegar a resaltar los ojos, dándoles una apariencia más penetrante y desafiante.

Una vez encontramos el objetivo, esa persona que nos parece interesante a primeras, se trata de cruzar las miradas. En otras palabras, hacer que coincidan. Por eso, hay que intentar transmitir felicidad y optimismo, ya que ese tipo de sentimientos serás más atractivos que no unos ojos tristes y caídos.

Pero lo que de verdad, de verdad hace que funcione es el tiempo. No la experiencia, sino la durada de la mirada. Que dos miradas desconocidas se crucen así porque sí no da pié a nada si no se mantiene ese “encuentro”. Para que el mensaje sea claro y efectivo debe mantenerse el contacto visual durante 3-4 segundos, si no pasaremos sin más.

Eso sí, ese momento no es para devorar, sino para seducir. Hay que ser coqueto, ya que ir muy directo puede a veces conseguir un efecto contrario, llegando a asustar a esa persona. Y no es lo que estamos buscando.

Para ayudarnos y ayudar al otro a entender nuestras intenciones, no hay nada mejor que acompañar la mirada con una sonrisa. Así reafirmamos que estamos mirándole y que existe atracción por nuestra parte. Y de este modo, podemos dar pie a que surja todo lo demás.

Finalmente me gustaría acabar con una cita del Príncipe Maquiavelo, quien dijo que “en general, los hombres juzgan más por los ojos que no por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven”.

Con lo que quiero decir que, aunque una persona os conquiste con la mirada, no os quedéis ahí. Interesaos por conocer que la hace especial.

Así que ánimos a todos los que lo intentéis, ya me diréis si os ha ido bien.